La innovación tecnológica basada en anteriores proyectos de investigación y desarrollo es el motor que mueve el mundo tal y como lo conocemos. A raíz de grandes inventos que se han ido iterando con el tiempo, hoy tenemos grandes productos que hacen nuestra vida más cómoda, facilitan la transformación de recursos naturales, optimizan nuestra forma de trabajar, e incluso nos salvan la vida.
Todas las empresas productoras de Investigación, Desarrollo o Innovación, son premiadas por la sociedad de consumo, comprando sus productos o servicios y gozando de una fiscalidad más amable. Sin embargo, las empresas meramente comerciales, aquellas que mueven un producto con el objetivo de sacar una rentabilidad por el mero hecho de existir, están condenadas a pagar el impuesto de sociedades.
En España, las empresas tienen a su disposición diversas herramientas para premiar su innovación: una de las más destacadas es la deducción fiscal por proyectos de Investigación y Desarrollo (I+D) e Innovación Tecnológica (iT) a través del Impuesto de Sociedades.
Las deducciones fiscales relacionadas con la I+D+i se perciben como un medio indirecto para financiar la innovación, permitiendo la reducción de las obligaciones fiscales en el Impuesto sobre Sociedades. De esta manera, se pueden contabilizar los gastos asociados a proyectos de I+D+i realizados por la empresa durante el año fiscal o en años previos.
El sistema tributario español permite obtener un porcentaje en deducciones por los gastos directamente relacionados con actividades de Investigación y Desarrollo (hasta un 42% de los gastos totales del proyecto. En el caso de la Innovación Tecnológica se ofrece una deducción del 12% en gastos a través de esta herramienta. Estas deducciones fiscales pueden aplicarse en empresas de cualquier tipo, independientemente del tamaño o sector al que pertenezcan. Lo único que prima es que la empresa innove.
La ventaja de estos incentivos es que no están sujetos a presupuestos asignados a determinada convocatoria o subvención concreta, sino que son herramientas que puedes aplicar siempre que tu empresa investigue, desarrolle o innove.
Siempre recordamos, que las deducciones son compatibles con diferentes líneas de ayuda pública y otras bonificaciones: Como hemos hablado en otro artículo (en el caso de Pymes con sello Pyme Innovadora), serían compatibles con las bonificaciones de la Seguridad social por personal investigador.
A grandes rasgos, ¿Cómo podemos clasificar los proyectos por tipología?
Para saber si nuestro proyecto o actividad es deducible debemos tener en cuenta la definición de “investigación”, “desarrollo” e “innovación”. A continuación lo vemos.
Investigación: La investigación implica la recopilación y análisis de información, datos y evidencia con el fin de responder a preguntas, resolver problemas o contribuir al avance del conocimiento en un campo determinado.
Ejemplos de investigación serían “Realizar experimentos, estudios y análisis en laboratorios para avanzar en el conocimiento científico en campos como la biología, química, física”, o “Realizar investigaciones clínicas, estudios epidemiológicos y ensayos clínicos para avanzar en la comprensión y el tratamiento de enfermedades y condiciones médicas.”
Desarrollo: se refiere al proceso de crecimiento, evolución o mejora de algo, ya sea una idea, un proyecto, una organización, un producto o una sociedad. En el contexto de la innovación y la investigación, el “desarrollo” se relaciona con la fase en la que se elaboran, perfeccionan y aplican los conocimientos adquiridos mediante la investigación para crear nuevos productos, servicios o soluciones, o para mejorar los existentes. Esta etapa implica la traducción de conceptos teóricos en aplicaciones prácticas y concretas.
Ejemplos de desarrollo serían “diseñar, crear y mejorar productos, como dispositivos electrónicos, aplicaciones de software, alimentos, o productos químicos.” o “crear tecnologías y soluciones respetuosas con el medio ambiente, como energías renovables, sistemas de reciclaje avanzados y tecnologías de conservación de recursos.”
Innovación: La innovación puede manifestarse de diversas formas, como la introducción de nuevos productos o servicios, la mejora de procesos existentes, la adopción de tecnologías avanzadas, la reconfiguración de modelos de negocio o la generación de soluciones creativas para desafíos previamente no resueltos.
Algunos ejemplos de innovación podrían ser: “El uso de tecnología avanzada, como drones y sensores, para optimizar la producción agrícola y reducir el uso de recursos como agua y fertilizantes.” o “La utilización de la realidad virtual para crear experiencias educativas inmersivas que ayudan a los estudiantes a comprender conceptos de manera más efectiva.”
Tras leer estas definiciones, entendemos perfectamente que todas las actividades rutinarias de mejora continua en producto y proceso que no aportan una novedad sustancial ni para la empresa ni para el mercado, no serían deducibles.
¿Qué gastos me puedo deducir contra el Impuesto de Sociedades?
De forma general los gastos deducibles de suelen clasificar en:
- Gastos de personal: Durante el proyecto, se generan gastos relacionados con el equipo que participa en el proyecto. En caso de un proyecto de desarrollo de software, serán aquellos programadores, analistas, gestores de proyecto que participen en el desarrollo del proyecto.
- Colaboraciones externas. Se refieren a subcontrataciones que contribuyen con conocimiento técnico al proyecto. Si durante la ejecución de mi proyecto, he recurrido a subcontratar otras empresas de nicho, un centro tecnológico o universidad, podré deducir sus gastos en mi IS.
- Amortización de activos materiales e inmateriales. Los activos que haya empleado en la ejecución del proyecto, podré deducirlos siempre vigilando el período de amortización.
- Materiales fungibles. Aquí se incluye el coste de los materiales o elementos consumidos en las distintas actividades del proyecto durante su duración.
- Otros gastos: análisis clínicos, gastos de prototipado…
Creo que tengo un proyecto deducible ¿Cuál es la manera de proceder para disfrutar de la deducción fiscal?
Una vez tenemos claro qué proyecto o proyectos queremos deducirnos contra el impuesto de sociedades deberemos estructurar y documentar el proyecto tal y como lo hemos realizado. Para ello seguiremos los siguientes pasos:
- Identificar las tareas que han formado el proyecto. Para ello podremos apoyarnos en un desglose detallado de tareas sobre un cronograma.
- Identificar los gastos que hemos incurrido en cada proyecto. Es muy importante tener bien identificados y registrados los gastos ¡no vayas a deducirte los mismos gastos en dos proyectos diferentes!
- Redactar una memoria técnica explicando la innovación que tiene mi proyecto. La memoria técnica deberá defender por qué las tareas de mi proyecto y mi proyecto en su conjunto es innovador. Toda la documentación que podamos aportar, como un estudio del Estado del Arte o un Análisis DAFO será bienvenido.
- Redactar un informe económico que explique los gastos que he tenido en mi proyecto. En caso de amortizar activos, prestar especial atención a los periodos de ejecución del proyecto.
- Una vez tengamos la cifra total del proyecto y el grado de innovación, pasaremos a cumplimentar la casilla correspondiente a la novedad en la página 17 en el impuesto de sociedades.
¿Por qué debo contar con la ayuda de una consultora como H2IDi?
Contar con el apoyo de una consultora experta en la gestión de deducciones fiscales contra el impuesto de sociedades, puede ayudarte a aligerar la carga administrativa y técnica que lleva todo el proceso. Piensa que nosotros hacemos esto todos los días con empresas de sectores diferentes. Por ello, somos capaces de identificar y defender la innovación de las tareas de tu proyecto de una forma muy solvente y profesional.
Podrás externalizar esta tarea para poder seguir dedicándote al 100% a la gestión de tu empresa.